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Oración para San Alejo

julio 16, 2023
Oración para San Alejo

Oración para San Alejo

¿Te sientes acosado por alguien que no te deja en paz? ¿Quieres protegerte de las malas influencias que te rodean? ¿Deseas cortar con una relación tóxica que te hace daño? Si la respuesta es sí, entonces esta oración para San Alejo es para ti.

La oración para San Alejo es una forma de pedir su intercesión para que nos libre de aquellos que nos molestan, nos hacen daño o nos impiden ser felices. Es una oración de protección y de defensa contra el mal.

Para rezar la oración para San Alejo, se recomienda hacerlo con fe y confianza, preferiblemente en un lugar tranquilo y con una vela blanca encendida. Se puede rezar todos los días, o cuando se sienta la necesidad de alejar a alguien de nuestra vida.

Oración para San Alejo

San Alejo, glorioso mártir y protector

de los que sufren miedo y ansiedad,

te invoco con humildad y confianza

para pedirte tu intercesión ante Dios.

Tú que fuiste un ejemplo de fe, de paz,

de caridad, de paciencia, y misericordia,

que supiste soportar todas las pruebas

y las persecuciones por amor a Cristo,

que entregaste tu vida para defender

la verdad y la justicia de Dios Padre,

ayúdame a seguir tus pasos y a imitarte.

San Alejo, tienes el poder de alejar de mí

todo lo que me aparta del lado de Dios,

de su gracia, de su paz y de su voluntad,

te suplico que me apartes de todo mal,

toda envidia, toda discordia, violencia,

toda mentira, toda calumnia y maldición.

Haz que nada ni nadie pueda perturbar

mi tranquilidad, mi armonía, mi alegría.

Haz que nada ni nadie pueda dañarme,

o dañar mi salud, mi trabajo y mi familia.

Haz que nada ni nadie pueda robar mi fe,

mi esperanza y mi amor en Dios y su palabra.

San Alejo, patrono de los que buscan la paz,

te pido que me concedas paz y tranquilidad.

La paz del corazón, del alma y del espíritu.

La paz en mi hogar, en mi trabajo, mi familia,

en mis relaciones y en mi comunidad.

La paz conmigo mismo, la paz con los demás,

y la paz con Dios Todopoderoso.

La paz que sobrepasa todo entendimiento,

la paz que sólo nuestro Señor nos puede dar.

San Alejo, gracias por escuchar mi oración

y por interceder por mí ante el Señor.

Te pido que me bendigas y me protejas siempre.

Te pido que me hagas partícipe de tu gloria

y de tu felicidad eterna.

Amén.

Oración a San Alejo para alejar los enemigos

Bendito y alabado seas, San Alejo.

Tú tienes el poder de alejar al enemigo,

y de hacer invisible a quien te lo pide,

te ruego que me ayudes a alejar

de mi vida a (nombre de la persona),

que me hace sufrir, que me molesta,

me persigue, me envidia, me odia,

me hace daño y me impide ser feliz.

San Alejo, patrono de los ermitaños

y de todos los que buscan la paz,

te pido que me concedas la tranquilidad

y la armonía que tanto necesito ahora,

que me protejas de todo mal

y de toda mala influencia,

que me libres de las tentaciones

y de los engaños del enemigo,

que me guardes de los peligros

y de las amenazas que me rodean.

San Alejo bendito, amigo fiel de Dios

y de todos los fieles que te invocan,

te suplico que intercedas por mí

ante el trono del Altísimo,

que me bendigas con tu misericordia,

me ilumines con tu sabiduría y bondad,

me fortalezcas con tu valor y humildad,

y me acompañes con tu presencia y amor.

San Alejo bendito, gracias por escucharme.

Te ofrezco mi vida como gratitud,

te prometo ser fiel a tu devoción,

y a seguir tu ejemplo,

te pido que no me abandones nunca

y que siempre seas mi protector.

Amén.

¿Quién fue San Alejo?

San Alejo nació en Roma en el siglo IV, en una familia rica y noble. Desde pequeño, mostró una gran devoción por Dios y por los más necesitados, repartiendo limosnas y ayudando a los enfermos. Sin embargo, sus padres tenían otros planes para él: querían que se casara con una joven de su misma clase social y que heredara sus bienes.

Sin embargo, el día de su boda, decidió renunciar a todo lo que tenía y escapar de su casa, dejando una carta a sus padres donde les explicaba su decisión. Se embarcó a Siria, donde vivió como un mendigo durante 17 años, compartiendo su pan con los demás pobres.

Un día, un milagro reveló su santidad: una imagen de la Virgen María habló desde una iglesia y dijo que el más santo de todos los hombres estaba entre los mendigos que se refugiaban allí. Todos se preguntaron quién sería Alejo se sintió avergonzado de tanta atención. Así que decidió volver a Roma, donde nadie lo reconocería.

Allí se instaló bajo las escaleras de la casa de sus padres, que lo acogieron por caridad sin saber quién era, donde pasaría otros 17 años, soportando el desprecio y los maltratos de los sirvientes, pero siempre orando y ayunando. Nadie supo su verdadera identidad hasta el día de su muerte, cuando encontraron en su pecho una carta que contaba su historia.

San Alejo murió el 17 de julio del año 404, y fue enterrado con honores en la basílica de San Bonifacio. Su fiesta se celebra el 17 de julio en la Iglesia Católica y el 30 de marzo en la Iglesia Ortodoxa. San Alejo es invocado como protector de los pobres, los peregrinos, los enfermos, los que sufren injusticias, y de los que quieren alejar personas dañinas de sus vidas.