
Hoy realizaremos la oración a San Juan de Dios, patrono de los enfermos y afligidos. Él fue un santo muy popular en la Iglesia Cristiana por el carisma y la obra que llevó dentro de ella, aunque vivió desde la incomprensión.
Hoy es un glorioso benefactor de los enfermos, los abandonados, los desahuciados, y los que sufren de depresión, angustia o ansiedad. Es por ello que vamos a pedir por su intercesión para nuestra ayuda y la de todos los que la necesitan.
Oración de sanación a San Juan de Dios
Te bendigo y te alabo, amadísimo San Juan de Dios,
Santo patrono de los enfermos y afligidos de corazón,
te elijo como patrón y protector de esta enfermedad,
coloco en tus manos mi cuerpo, mi mente y mi alma,
confío en que escucharás mis plegarias y me sanarás.
A ti, San Juan de Dios, te consagro mis pensamientos,
para que mi mente sea iluminada y guíes mi camino.
Te entrego mi corazón, para que lo mantengas puro
y lo llenes del amor de Dios Padre, Jesús y de María.
Oro por que mi voluntad, como la tuya, sea la de Dios
y te horno porque eres el ejemplo de los penitentes,
porque recibir a Dios y renunciaste a la vida pecaminosa
expiaste tus pecados ayudando a pobres y enfermos.
Te pido para mí, la gracia de recibir el amor de Dios,
para vivir en la fe de la Iglesia y ser digno de perdón.
Estoy verdaderamente arrepentido de mis pecados,
ayúdame a expiarlos y no volver a ofender al Señor.
Ayúdame a dominar todas las tentaciones terrenales
y las ofensas, evitando cualquier ocasión de pecado.
Deseo con todas mis fuerzas, cumplir con mis deberes
y con la voluntad de Dios, viviendo según la Palabra.
Que mi vida, como la tuya, sea al servicio del Señor.
Rezo, porque te quedes a mi lado en mi última hora,
y reces por la salvación de mi alma.
Que por tu intercesión alcance la vida eterna.
Amén.
Oración corta a San Juan de Dios
¡Glorioso San Juan de Dios, patrón de los enfermos!
Mientras viviste en la tierra, no te apartaste de nadie
y te quedaste siempre al lado de los más necesitados:
el que era pobre encontró refugio y amparo a tu lado,
todos los afligidos encontraron alegría con tu palabra,
le devolviste confianza y esperanza a los desesperados,
le trajiste alivio a sus penas y dolores a los enfermos.
Eres caritativo y protector de los desvalidos y afligidos
lleno de compasión y ternura, trajiste consuelo
y como premio de tu caridad obtuviste la gracia de Dios.
Intercede para que seamos dignos de recibir a Dios
y la bienaventuranza eterna que nos fue prometida.
Amén.
¿Quién fue Juan de Dios?
Juan de Dios nació el 8 de marzo de 1945 en Portugal y murió en Granada, España en 1550, justo el día de su cumpleaños número 55. Proviene de una familia humilde y piadosa, que siempre vivió predicando la Palabra. El nombre con el que lo conocemos actualmente se le fue otorgado por el Obispo, quien vio su bondad y caridad.
Durante su juventud fue pastor en una finca y, encantados con su labor, el dueño le pidió que se casara con su hija, para que se quedara como heredero de aquellas posesiones. Sin embargo, se negó al compromiso y a formar una familia porque deseaba dedicarse a labores más espirituales.
Luego, emprendió su camino como vendedor ambulante hasta que, finalmente, decide cambiar su vida radicalmente, convirtiéndose en un apóstol de Cristo. Esto hace que su pueblo comience a tomarlo por “loco” y lo encierren en un manicomio. Allí fue en donde se ganó la admiración de todos cuando veían que no se quejaba por los golpes que recibía.
Más tarde, funda La Orden de los Hermanos Hospitalarios, en donde demostró la importancia de tratar con dulzura a los enfermos mentales. Con ello, cambió completamente el paradigma, ya que, en aquel entonces, la gente acostumbraba a golpearlos.
El nombre Juan de Dios, fue dado por el Obispo, quien vio su espíritu de caridad y bondad.