
Hola, querido lector. Hoy quiero compartir contigo una oración para fortalecer el alma y encontrar la paz interior que tanto anhelas. Sé que la vida no es fácil y que a veces nos sentimos agobiados por las dificultades, los problemas y las preocupaciones. Pero también sé que hay un Dios que nos ama y que nos quiere ver felices y plenos.
La oración es una forma de comunicarnos con Dios, de expresarle nuestro agradecimiento, nuestras necesidades, nuestros deseos y nuestros sentimientos. También es una forma de escuchar a Dios, de recibir su guía, su consuelo, su sabiduría y su bendición. Es un diálogo de amor entre el Creador y su criatura.
La oración que te voy a enseñar es muy sencilla, pero muy poderosa. Está basada en una frase que se atribuye a San Francisco de Asís, el santo de la paz y de la naturaleza. Él dijo: «Señor, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para conocer la diferencia». Esta frase resume la actitud que debemos tener ante la vida: serenidad, valor y sabiduría.
Oración para fortalecer el alma
Señor, concédeme la serenidad
para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar las cosas que puedo
y sabiduría para conocer la diferencia.
Te pido que me des tu paz,
esa paz que sobrepasa todo entendimiento,
que llena mi corazón de alegría y esperanza.
Te pido que me des tu fuerza,
esa fuerza que viene de tu Espíritu Santo,
y me hace capaz de vencer cualquier adversidad.
Te pido que me des tu luz,
esa luz que ilumina mi mente y mi camino,
y me hace ver tu presencia y tu acción en mi vida.
Te doy gracias por tu amor,
ese amor que me creó y me salvó,
y me sostiene y me acompaña cada día.
Te ofrezco mi vida, que es tuya y para ti,
mi vida que quiero vivir según tu plan y tu propósito.
Amén.
Oración para purificar el alma
Padre celestial, te alabo y te bendigo
por tu bondad y tu misericordia.
Te doy gracias por haberme creado
a tu imagen y semejanza,
por haberme dado el don de la vida
y por haberme amado tanto
que enviaste a tu Hijo Jesús
a morir por mí en la cruz.
Reconozco que soy pecador
y que he ofendido tu santo nombre
con mis pensamientos, palabras y obras.
Me arrepiento de todo corazón
y te pido perdón por todas mis culpas.
Lávame con la sangre preciosa de tu Hijo
y purifica mi alma de toda mancha.
Envía a tu Espíritu Santo sobre mí,
para que me ilumine, me fortalezca,
me consuele y me guíe por el camino
de la verdad y la santidad.
Dios amado, te entrego mi vida entera,
mi pasado, mi presente y mi futuro.
Te entrego mis alegrías y mis tristezas,
mis talentos y mis debilidades.
mi familia, mis amigos, mi trabajo,
mis estudios, y todo lo que soy.
Haz tu voluntad en mí, Señor, y no la mía.
Te pido que me protejas de todo mal,
peligro, tentación, enfermedad,
angustia, tristeza, odio y de venganza.
Aleja para siempre de mi vida
toda amargura y sufrimiento,
que me impiden ver tu inmaculado rostro.
No dejes que el maligno oprima mi alma.
Te pido que me concedas las gracias
que necesito para vivir según tu plan divino.
Te pido especialmente por
(menciona tus intenciones).
Confío en que sabes lo que me conviene
y que no me negarás nada bueno
si te lo pido con fe y con esperanza.
Te pido todo esto por intercesión
de la Santísima Virgen María,
tu Madre y nuestra Madre,
que nos cuida con su manto maternal.
Te pido todo esto en el nombre de Jesús,
tu Hijo amado, nuestro Señor y Salvador.
Amén.
Serenidad, valor y sabiduría
La serenidad es la capacidad de mantener la calma y el equilibrio en medio de las situaciones adversas. Nos ayuda a no dejarnos llevar por el estrés, la ansiedad, el miedo o la ira. También, nos permite ver las cosas con claridad y objetividad, sin perder la esperanza ni la confianza en Dios.
El valor es la capacidad de enfrentar los retos y los obstáculos con determinación y coraje. Nos ayuda a no rendirnos ni desanimarnos ante las dificultades; nos permite actuar con firmeza y convicción, sin dejarnos intimidar ni influenciar por los demás. También, nos impulsa a luchar por nuestros sueños y por nuestra felicidad.
La sabiduría es la capacidad de discernir lo que es bueno y lo que es malo, lo que conviene y lo que no conviene, lo que podemos hacer y lo que no podemos hacer. Nos ayuda a no desperdiciar nuestro tiempo ni nuestra energía en cosas vanas o imposibles. A aceptar nuestra realidad con humildad y responsabilidad, sin caer en el conformismo ni en el victimismo. Nos orienta a buscar la voluntad de Dios y a cumplirla con amor.