
¡Hola a todos! Hoy quiero compartir con ustedes una oración para bodas de oro que pueden usar en su celebración de 50 años de matrimonio. Esta oración es una forma de agradecer a Dios por el amor, la fidelidad y la bendición que ha derramado sobre su relación durante tantos años. También es una forma de pedirle que siga protegiendo, guiando y fortaleciendo su unión hasta el final.
Oración para bodas de oro
Oh Dios, nuestro Padre, te damos gracias
por el amor que nos has regalado
desde el primer día que nos uniste
en el sacramento del matrimonio.
Hoy recordamos con gratitud y alegría
el día que bendijiste nuestra unión
y nos diste la misión de ser testigos
de tu amor en el mundo.
Te pedimos que nos concedas,
después de cincuenta años de vida juntos,
una experiencia cada vez más rica
y fecunda de tu amor.
Que podamos seguir creciendo en el respeto,
la comprensión, la confianza y la entrega mutua.
Que podamos perdonarnos nuestras faltas,
como tú perdonas a nosotros las ofensas.
Que podamos apoyarnos en las dificultades,
consolarnos en las tristezas
y celebrar las alegrías.
Te agradecemos Señor Jesucristo, por los hijos
y por los nietos que nos has regalado,
por los amigos y familiares que nos acompañan,
por las personas que hemos conocido
y por las que ayudamos en nuestro camino.
Te pedimos que los bendigas a todos ellos
y les concedas tu protección y tu paz.
Te ofrecemos nuestro matrimonio como signo
de esperanza para las nuevas generaciones,
para que descubran la belleza y la grandeza
de tu plan sobre el amor humano.
Te pedimos que suscites en sus corazones
el deseo de entregarse a ti y a los demás
con generosidad y fidelidad.
Te rogamos que nos concedas la gracia de vivir el
resto de nuestros días con salud, ilusión y gratitud.
Que podamos seguir siendo luz para el mundo
y sal para la tierra.
Que podamos prepararnos con confianza
para el encuentro definitivo contigo,
cuando nos llames a tu presencia.
Todo esto te lo pedimos por Jesucristo,
nuestro Señor y nuestro Salvador.
Amén.
Oración corta para las bodas de oro
Señor, te damos gracias por este día tan especial
en el que celebramos nuestras bodas de oro.
Gracias por habernos unido hace cincuenta años
y por habernos acompañado en cada momento
de nuestras vidas, siendo nuestra guía.
Gracias por el amor que nos has dado
y que nos sigue llenando de alegría y esperanza.
Gracias por nuestra familia y nuestros amigos
que hoy comparten con nosotros esta fiesta.
Te pedimos que sigas bendiciendo nuestra unión
y que nos ayudes a ser fieles a las promesas
que nos hicimos el día de nuestra boda.
Te pedimos que nos des salud, paz y sabiduría
para seguir caminando juntos hacia ti.
Haznos testigos de tu amor en el mundo
y prepáranos para el día en que nos llames
para estar a tu lado en el Reino de Dios.
Te alabamos y te glorificamos, Señor,
por ser tan bueno y misericordioso con nosotros.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración para celebrar las bodas de oro
Señor, te damos gracias por este día tan especial
en el que celebramos las bodas de oro de
nuestros queridos (nombres de los esposos).
Gracias por el amor que has sembrado en ellos
y que ha fructificado en tantos años de alegría,
de fidelidad, entrega, prosperidad y abundancia.
Te pedimos que sigas bendiciendo su matrimonio,
que les concedas salud, paz y prosperidad,
y que les ayudes a seguir siendo testigos
de tu gran amor y de tu obra en el mundo.
Te encomendamos también a los matrimonios
que están pasando por dificultades o crisis,
para que encuentren en ti fuerza y esperanza
para superarlas apoyándose el uno en el otro.
Te rogamos que protejas a la familia de (nombres
de los esposos). de todo mal y de toda amenaza
contra su dignidad y su vocación.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
El sacramento del matrimonio
Una oración para bodas de oro es una forma de agradecer a Dios por el regalo del matrimonio y de pedirle que siga bendiciendo a la pareja que celebra sus cincuenta años de unión. Es un momento de recordar con alegría el día en que se prometieron amor y fidelidad, y de renovar ese compromiso ante el Señor y la comunidad. Es también una ocasión para reconocer el valor del matrimonio como vocación y como servicio al bien común.
El sacramento del matrimonio es una de las mayores alegrías de la vida cristiana. Es la unión de un hombre y una mujer que se aman y se entregan ante Dios y la Iglesia. El matrimonio es un signo del amor de Dios por nosotros y de nuestra vocación a la santidad. Pero, es también una misión: los esposos están llamados a ser testigos del amor de Cristo por su esposa, la Iglesia, ya colaborar con él en la transmisión de la vida y en la educación de los hijos.
El matrimonio es un don precioso que hay que conservar, cultivar y defender de cualquier amenaza. Es una elección libre, consciente e irrevocable que requiere compromiso, fidelidad y sacrificio. Es también, fuente de gracia, paz y felicidad para los cónyuges y para toda la familia.